Partimos de la movida pero agradable bahÃa de Vaitahu, en la isla de Tahuata, rumbo a la bahÃa de Hanamenu, situada al norte de Hiva Oa. El viento en un primer momento, como estábamos todavÃa a resguardo de la
Nos dirigÃamos a Tahuata, cuyo significado en polinesio es amanecer. Sólo nueve millas separaban el fondeo en el puerto de Atuona de nuestro próximo destino: la bahÃa de Hanamoenoa. La verdad era que los nombres polinesios de las bahÃas
Durante todo el dÃa anterior no habÃa soplado nada de viento pero ese dÃa, en el fondeo de Hanavave en Fatu Hiva, una pequeña brisa hizo imaginarnos que fuera del resguardo de la isla, habrÃa suficiente viento para avanzar
Con el amanecer, el dÃa fue clareando y la isla a la que nos dirigÃamos se pudo distinguir con más detalle. Hasta hacÃa poco, sólo podÃa verse el abrupto contorno del que serÃa nuestro primer destino en Polinesia: Fatu Hiva.
Algo más de 2.900 millas de travesÃa -más de 5.300 kilómetros-, y aunque la hicimos en relativamente pocos dÃas -22- respecto a los que preveÃamos inicialmente, fue una travesÃa que sólo se podÃa calificar de una forma: larga, muy larga.
La travesÃa a nuestro nuevo destino, Isabela, distó mucho de la realizada a la isla que dejábamos atrás, Santa Cruz. Como las millas a recorrer en esa travesÃa eran 51, y a una media de 5 nudos suponÃa emplear
La travesÃa de San Cristóbal a Santa Cruz fue una travesÃa tranquila, agradable, muy soleada y acompañada de una ligera brisa casi todo el tiempo. Al principio, tuvimos que navegar a motor por la total escasez de viento, pero