Sigue el viaje del velero Piropo, con sus tripulantes Dani y Sandra, en su pretendido deseo de dar la vuelta al mundo por los trópicos.

Visita a Gran Canaria en ferry con parte de la familia de Sandra y días de estancia en Santa Cruz de Tenerife. Del 28 de octubre al 6 de noviembre de 2011.

 

Nos levantamos el día 28 de octubre pronto, a las 6:30 horas de la mañana porque a las 8:00 horas salía nuestro barco para Gran Canaria y aún teníamos que preparar alguna cosa. Menos mal que el ferry salía a dos pasos del Piropo y en cuatro minutos ya estamos subiendo al barco.

 

Durante la travesía pusieron una película malísima que encima se les quedó interrumpida a mitad no se sabe por qué y entonces, en su lugar, pusieron capítulos de la serie “Friends”. Menos mal que la película era mala y no la seguíamos.

 

Tras casi tres horas de travesía llegamos a Las Palmas, capital de Gran Canaria, y vimos a través de los cristales a la familia de Sandra, su abuelo, su madre y Carlos pero ellos, en cambio, no nos podían ver. Se escondieron para darnos una sorpresa pero nosotros ya les habíamos visto aparcar y acercarse a la plataforma de bajada por lo que la jugada no les salió demasiado bien.

 

Tras el emocional reencuentro, en el que hubo alguna lagrimilla, decidimos que ya que estábamos en Las Palmas, era un buen momento para visitarla, así que cogimos el coche y transitamos por ella mirando sus calles mientras nos dirigimos al casco histórico.

 

El puerto de Gran Canaria es impresionante con una enorme flota de grandes pesqueros amarrados de diversas nacionalidades en los que se pueden ver, muchos de nacionalidad rusa, algunos realmente desvencijados. También vemos el puerto deportivo, abarrotado de veleros transmundistas ondeando la bandera que les identifica como participantes del ARC.

 

Al llegar al centro histórico visitamos la Plaza Santa Ana con las Casas Consistoriales, el Palacio Episcopal y la Catedral. En esta también había que pagar para entrar como hemos observado que es habitual en Canarias, a diferencia de otras partes en la que es muy raro tener que pagar para entrar a una catedral. Más adelante, visitamos la Iglesia de San Francisco de Asís, la Iglesia de Santo Domingo y la Iglesia de San Agustín. Vemos la entrada del Tribunal Superior de Justicia y la zona estaba llena de placas de abogados. O la competencia es atroz o debe ser la zona tradicional de los despachos de abogados. También vimos la Casa-Museo de Colón donde al parecer el Descubridor se hospedó antes de alguno de sus viajes y donde oró, frente a la imagen de Santa Ana, que aún se conserva allí, antes de partir. Comimos a mitad visita y por la tarde, también visitamos la playa urbana de Las Canteras.

 

Luego cogemos el coche y cruzamos la isla de norte a sur por la costa este en dirección a Maspalomas que es donde la madre de Sandra reservó un apartamento para que estemos todos. Encontrar el apartamento nos cuesta un montón y damos más de una vuelta por Playa del Inglés que está pegado a Maspalomas, y luego, un par de vueltas más ya en Maspalomas, pero preguntando a unos y a otros, al final damos con el apartamento, que está muy bien para lo que necesitamos.

 

Merendamos el bizcocho que el día anterior había preparado Sandra y ésta aprovecha para regalarle a su madre una camiseta que le había pintado. Más tarde exploramos el complejo de apartamentos con su piscina y bar, y conseguimos en recepción un mapa para, a la próxima, no dar más vueltas por Maspalomas.

 

Volvemos al apartamento y los que han venido de Barcelona, se van a dormir pronto porque se han levantado, para poder coger el avión a tiempo, a las 3:00 de la mañana. Nosotros mientras tanto, nos quedamos haciendo el diario y leyendo la guía antes de irnos también a dormir.

 

El día siguiente, 29 de octubre, nos levantamos todos a las 8:00, y tras desayunar lo poco que dejamos del bizcocho de Sandra, cogimos el coche para recorrer el centro de la isla por una carretera infestada de curvas. En el sur, como es habitual, hacía un bonito día al estar resguardado por las montañas de los vientos alisios que son los que crean las nubes orográficas, pero a medida que íbamos hacia el norte, el tiempo fue empeorando. Por eso, en el mirador del barranco de Fataga, aún teníamos buenas vistas del paisaje pero cuando nos bajamos para ver el Roque Nublo, el viento era ya fuerte y el frío intenso, aunque aún podía verse un poco el sol entre las nubes. Y ya en la siguiente parada, el Pico de las Nieves, había bastante niebla, el viento era fuerte y el frío muy desagradable.

 

Creíamos que no podríamos llegar al punto geodésico que indica la cumbre del Pico de las Nieves porque habíamos leído que estaba dentro del vallado del recinto militar que también hay en la cumbre. No obstante, ahora vimos que habían abierto esa valla y habían construido una nueva justo por detrás para permitir a la gente acceder a él. Un detalle para la gente como Dani que le gusta subirse a los puntos más altos. No obstante, aunque el Pico de las Nieves, con 1950 metros, figura en todos los lados como el pico más alto de Gran Canaria, hemos leído que un peñasco que hay justo al lado llamado de la Agujerada, y no agujereada, tiene 6 metros más. Esa roca, a simple vista, parece que sólo puede subirse escalando porque es muy escarpada y esta al borde de un precipicio de cientos y cientos de metros, pero leímos que alguien la había hecho trepando no sin cierta dificultad y con bastante riesgo porque la parte que es trepable está justo por al lado del precipicio. Nosotros íbamos con la idea de echarle un vistazo a ver si se podía trepar, pero el fuerte viento que hacía en ese momento nos hizo ver las altas posibilidades de despeñarse. Lo malo es el gusanillo que se te queda cuando te planteas subir algo y después no puedes hacerlo. Una lástima.

 

A la bajada del Pico de las Nieves por el norte, vimos muchísima gente recogiendo castañas y supusimos que tanta gente no debía ser habitual y que ello era debido a que estábamos en pleno puente… Y como las castañas están muy buenas, paramos nosotros también a coger unas pocas.

 

Después de nuestra pobre cosecha, porque las castañas pinchan un montón y no llevábamos nada para protegernos las manos, seguimos hacia el pueblo de Teror donde visitamos la Plaza del Pino, con su Basílica de Nuestra Señora del Pino y su antigua calle Real donde vimos, como ya observamos en Tenerife, cómo en algunas tejas dejan crecer o les crecen, unas plantas características.

 

El siguiente pueblo que visitamos fue Arucas, en el que vimos su enorme iglesia neogótica que una vez más, y como casi siempre, estaba cerrada. Un señor, exageradamente amable, que incluso se podría clasificar como frikie, nos enganchó y al principio nos empezó a hablar del horario de apertura de la iglesia. Como debimos hacerle caso el hombre se animó y nos empezó a contar cosas bastante obvias de la iglesia, de cómo la construyeron y luego nos explicó cosas del parque del pueblo con sus, al parecer, miles de especies. Más tarde nos habló de las maravillas del pino canario y nos explicó de dónde salían. De las piñas. Increíble. Nos la enseñó y todo por si no sabíamos lo que era una piña…Continuó comentándonos la facilidad de aparcamiento del pueblo y de cómo los lugareños rompieron los parkímetros cuando los instalaron. Y finalizó la fiesta contándonos que conocía a un pirómano. En fin, que en cuanto pudimos, nos apartamos y seguimos la visita viendo el parque que nos había recomendado nuestro gentil anfitrión y que no valía para nada la pena.

 

Tras Arucas, fuimos a ver el Cenobio de Valerón. Una pequeña tomadura de pelo. La entrada nos costó 2,50 euros por persona y estaba todo en restauración y ese todo eran unos agujeros excavados en la roca donde guardaban grano los aborígenes de la isla. Encima, las dos únicas pasarelas que existían para ver los agujeros más de cerca, estaban cerradas por la comentada restauración. En fin, que no se lo recomendamos a nadie más que nada, porque los agujeros ya se ven desde la carretera.

 

Yendo al Cenobio, vimos en un puente altísimo de la autovía mucha policía, ambulancias y bomberos. Allí había un chico joven, en el borde, de medio cuerpo, con toda la intención de tirarse y un policía al lado intentándolo convencer, suponemos, de lo contrario, mientras el resto de los allí presentes guardaban relativa distancia. Como estábamos buscando el Cenobio y no lo encontramos a la primera, tuvimos que pasar dos veces más por el sitio. Pareceríamos unos morbosos que estábamos cotilleando la situación. Otros, esos sí, realmente morbosos, incluso habían aparcado y tras bajar las ventanillas de sus coches, apoyaban sus cabezas en los marcos de las puertas esperando un desenlace fatal y verlo en primera línea. Pensamos que un circo romano tendría todavía mucho éxito.

 

Tras el Cenobio fuimos a Gáldar donde paseamos un poco, vimos su iglesia, pero no pudimos entrar en el museo arqueológico de la cueva pintada porque nos dijeron en la entrada que ya cerraban.

 

A la vuelta hacia Maspalomas, volvimos a pasar por el puente del chico suicida y afortunadamente ya no había nadie. Ya en la anterior pasada vimos que el joven se apoyaba con las manos en el borde del puente, como si dudara de su deseo, y el policía estaba casi al lado de él. Un alivio.

 

A Maspalomas llegamos ya de noche y aunque teníamos intención de salir a dar una vuelta, el cansancio hizo que cambiáramos de opinión y nos fuéramos a dormir, aunque antes nos comimos las castañas recolectadas por la mañana.

 

El día 30 de octubre madrugamos mucho porque había cambio de hora y se había retrasado una hora los relojes. Pronto estábamos paseando por las dunas de la Playa de Maspalomas. El paisaje de la reserva natural era muy curioso con tanta duna. Parecía un pequeño desierto. También vimos el faro de Maspalomas, el más meridional de la isla.

 

Luego fuimos a la playa de Puerto Rico que era muy turística y artificial pero el abuelo de Sandra y Dani aprovecharon y se dieron un baño.

 

Seguimos ruta y pasado Mogán vimos la pared conocida como “Los azulejos”. Una pared al lado de la carretera con una gran variedad de colores vivos.

 

Llegamos después a Puerto de la Aldea donde hacía bastante viento y allí comimos en una terraza de un restaurante unos platos combinados. El pueblo tenía un puertito minúsculo y unas playas de roca. El pequeño paseo estaba destrozado seguramente por un temporal.

 

Después seguimos dirección a Agaete por una carretera de curvas y acantilados al borde de la carretera que eran espectaculares por la altura. Paramos en un mirador a contemplar mejor las vistas.

 

Llegamos a Puerto de las Nieves que estaba abarrotado de gente y no encontrábamos sitio para aparcar. Encima, cada explanada que había estaba ocupada por el correspondiente “gorrilla”. No somos partidarios de dar propinas a los “gorrillas” pero viendo la imposibilidad de aparcar y dado que copaban todas las explanadas del pueblo, no nos quedó otro remedio que entrar en una. La sorpresa vino al bajar del coche porque los presuntos vigilantes no hacían de vigilantes a cambio de propinas, sino que allí directamente eran los dueños de un parking privado y cobraban su propia tarifa, dos euros. Eran la típica mafia. A nosotros nos pareció abusiva esa situación y creíamos que pagando lo fomentábamos. Que nos impusieran dar una propina era ya malo, pero que nos exigieran un precio creíamos que era dar una pequeña vuelta más allá. Y no era una cuestión de dinero. Les dijimos que no queríamos pagar eso y nos dijeron que si no nos gustaba cogiéramos el coche y nos largáramos. Dani les dijo que quienes eran ellos para echarnos de ningún sitio y entonces los “gorrillas” le enseñaron un garabato en una pared que ponía: parking privado. Y nos enseñaron además un candado con una cuerda con los que querían probar, de forma indubitada, que la explanada era suya. Es más, nos dijeron que la tenía alquilada. Quisimos tener la fiesta en paz y nos subimos al coche aunque ya era un abuso que no echaran de ahí. Ellos, mientras, querían dar más prueba de su poder cerrando con la cuerda la explanada. Salimos y ya en la carretera de acceso a la explanada, se ponen a dirigir el tráfico impidiéndonos salir para dejar entrar un coche a la misma explanada con el ánimo evidente de fastidiar. Dani se negó por supuesto a echar para atrás y obedecer al “gorrilla”. La situación ya era exagerada y al pasar el gorrilla le dice a Dani “Gilipollas”. Dani, que ya andaba un poco enfadadillo por todo, y viendo la evidente pinta de drogadictos de los gorrillas, les suelta lo primero que cree que puede ofender: “Vete a pincharte, hombre”. Y acertó. Menuda la que se armó. Se volvieron locos. Se acercaron al coche, abrieron la puerta mientras chillaban como locos y cerraban los puños. Uno incluso se metió las llaves en el puño con la intención de intimidar más. Menudo numerito. Menos mal que la cosa no fue a peor y se quedaron sólo con los chillidos y las amenazas porque no era plan el estar peleándose con unos gorrillas en un descampado. Lo que no se entiende, es por qué se tolera una situación parecida. De todas formas, en nuestro viaje a Dakar desde Barcelona en coche ya nos pasaron muchas situaciones así, incluso con policía corrupta, y nos prometimos que no podíamos estar intentando evitar  todas las cosas que no nos parecían bien ya que en ocasiones, hemos llegado a alguna situación límite, como cuando un policía nos persiguió en Senegal… y luego nosotros le perseguimos a él… Pero no aprendemos. Al menos aquí, conseguimos no pasar por el tubo.

 

Después del desagradable incidente, aunque luego nos reímos bastante recordándolo, visitamos el pueblo. La imagen más conocida de El Puerto de las Nieves se caracterizaba por una roca muy fina y alta que había en el mar que se llamaba el “Dedo de Dios” pero que el temporal Delta, que hizo muchísimo daño a las islas, la rompió y ahora sus restos son sólo una roca normal. También se caracterizaba por sus bonitas casas blancas que se encuentran cerca del puerto plagados de restaurantes y de gente que debía estar aprovechando el puente.

 

Más tarde, ya de vuelta a Maspalomas, fuimos a ver la Caldera de Bandama con sus 200 metros de profundidad y 1000 metros de diámetro y visitamos por encima la ciudad de Telde.

 

Una vez en el apartamento, cenamos muy pronto y salimos para ver el ambiente nocturno de Playa del Inglés. Como imaginamos, el ambiente era el típico de las ciudades marítimas invadidas de extranjeros, con pubs que incluso ondeaban en su puerta, o la bandera suiza o la bandera británica, para que sus nacionales fueran al pub que le correspondía por nacionalidad. Nos encantó la vestimenta de un inglés que iba como de boda de cintura para abajo, con zapatos negros, pantalones negros de pinzas y cinturón, pero que de cintura para arriba iba con una camiseta interior de tirantes blanca muy ceñida. Dani quiere copiarle el estilo. Tras tomarnos unos helados, nos volvimos al apartamento a dormir.

 

El día 31 era el último día con la familia de Sandra. Yendo hacia el norte de la isla, paramos en la bahía de Pozo Izquierdo, muy conocida por los windsurfistas. Hacia bastante viento pero no había nadie navegando aunque sí se veían varias tiendas y una escuela de windsurf. Todo cerrado. Luego, seguimos camino hacia Agüimes. Visitamos este tranquilo pueblo al que se ha declarado su casco antiguo, Bien de Interés Cultural. Vimos la iglesia de San Sebastián, monumento histórico-artístico y sus muchas esculturas esparcidas por todos los rincones del pueblos: un burro, chicos leyendo, una pareja bailando, un camello, una pareja de enamorados en un banco… Después visitamos el Barranco de Guayadeque con sus casas hechas en cuevas en las que incluso, actualmente, vive gente. Había una de las cuevas que era una ermita.

 

Tras la visita, fuimos a la Playa de Burrero a comer unos bocadillos que llevábamos y menos mal que habían unos bancos de piedra altos que nos resguardaban porque el viento era bastante fuerte. Luego, fuimos a tomar un café a un bar y después, ya nos dirigimos a Las Palmas, donde cogimos en la compañía naviera los billetes de vuelta y nos fuimos a pasear hasta la hora en que nosotros teníamos que quedarnos en el puerto, y la familia de Sandra, con el coche, dirigirse hacia el aeropuerto para coger su avión.

 

La despedida también fue muy triste, como con los padres de Dani, y volvió a salir alguna lagrimita. No obstante, esperamos vernos relativamente pronto porque la madre de Sandra ya sabemos que ya ha curioseado los vuelos para Sudamérica.

 

Nos subimos a las 19:00 horas al ferry que nos llevó a Santa Cruz y el trayecto pasó rápido porque vimos una película que esta vez, no quedó interrumpida a mitad.

 

Desde el día 1 hasta el día 7 de noviembre, hemos estado en Santa Cruz acabando de preparar el barco. En breve ya saldremos de Tenerife y tenemos que tener el barco lo mejor que se pueda. Parecía que estaba casi todo listo y que faltaban pocas cosas pero cuando te pones a revisar cosas, no paras y se te pasan los días volando.

 

El día 1 de noviembre Dani instaló el navtex pero de forma provisional y a modo de prueba para comprobar, antes de la instalación definitiva, que todo funcionaba correctamente y que el lugar escogido era correcto. Es importante que la antena esté en un sitio que no afecte al resto de antenas. A lo largo del día comprobará que el lugar elegido es correcto y que los mensajes van llegando correctamente. Además, se dedica a cambiar el aceite del motor, cambiar el filtro del aceite y a cambiar también el filtro primario del gasoil. Luego, cepilla con un cepillo de cerdas metálicas las pequeñas corrosiones que puedan verse por el motor y echa aceite.

 

Mientras Sandra, lava toda la ropa y las sábanas y las tiende. También se dedica a seleccionar las fotos para las entradas y hace la comida, unas ricas lentejitas.

 

Por la tarde seguimos con la selección de fotos y con el arreglo del motor y ya al anochecer, celebramos por todo lo grande que el navtex funcionaba correctamente yéndonos a cenar por todo lo grande a un McDonald’s.

 

El día 2 lo dedicó Dani a instalar el navtex definitivamente haciendo agujeros por donde pasar los cables. Siempre da grima coger el taladro e ir haciendo agujeros al barco pero bueno, hay que hacerlos. También se fue a la náutica a comprar una pequeña provisión de botellas de gas para cocinar, un pasacables, sicaflex, estopada para el eje de la hélice por si un día es necesario y para encargar los filtros primarios de gasoil. Por la tarde, sacó los ánodos del motor para cambiarlos e intentó arreglar el carril de la mayor. La pieza que impide que salgan los patines se ha desgastado y en ocasiones se escapan, lo que es muy molesto cuando navegando, hay que rizar la mayor. La pieza hace 10 años que ya no se fabrica y la verdad es que es difícil de encontrar una solución correcta y a largo plazo. Siempre que Dani intenta hacer una pieza que la sustituya acaba deformándose. Y si la hace muy dura, entonces no puede trabajar con ella. Tampoco esta vez está contento con la pieza que ha hecho pero a ver cuanto aguanta.

 

Sandra, mientras tanto, siguió liada con las fotos porque tenemos un montón, e hizo la comida. Después se fue al cibercafé a subir las fotos a la página para cuando Dani escriba el texto, podamos colgarlo inmediatamente. Ya tenemos un cierto retraso con las entradas y los millones de lectores, deben estar esperando. La verdad es que todo el rollo que soltamos no creo que lo aguante mucha gente pero bueno, al menos a nosotros nos sirve también para ordenar fotos y tener por escrito el recuerdo del viaje.

 

El día 3 Dani se puso a escribir la entrada del viaje a La Palma y Sandra se fue a comprar al supermercado. Además, fuimos los dos a Capitanía del puerto a pagar unos días más porque el mes que pagamos inicialmente ya había pasado. Que barbaridad, cómo pasa el tiempo.

 

Por la tarde, ¡nos vamos al cine! La verdad es que nos arrepentimos un poco cuando vemos el precio de la entrada que es incluso más cara que Barcelona, que ya es de risa, pero Dani tiene muchas ganas de ver una película muy intelectual: “Tintín y el secreto del Unicornio”. Vamos más por curiosidad de los gráficos que por la historia en sí ya que Dani ya la conoce porque en su infancia, se ha leído y releído todos los libros de Tintín. Y lógicamente, la película decepciona un poco, porque si bien los gráficos no están mal, la historia no es la verdadera y es un fusilamiento de varios cuentos del propio Tintín.

 

A la vuelta por poco no nos cae una tromba de agua y ya en el Piropo, hablamos respectivamente con nuestros padres que nos llaman casi a la vez.

 

El 4 de noviembre Dani se va en bici a la Dársena Pesquera a buscar una tienda donde poder adquirir los ánodos del motor. Aunque dicha dársena está en el propio puerto de Santa Cruz, el recorrido es larguísimo. Al final y tras el tute, no tienen los ánodos buscados y en otra tienda que le recomiendan, sólo tienen uno. Le dicen que hasta la semana siguiente no vendrán pero seguramente, ya no estaremos por aquí. A la vuelta, se va a buscar a la náutica los filtros de gasoil secundarios que encargó y que ya han llegado.

 

Sandra mientras tanto, revisa la entrada de la Palma que Dani ya ha escrito y prepara la comida. También llenamos los tanques de agua dulce porque los teníamos vacíos y al abrir el grifo… no funciona. Otra cosa más que revisar.

 

Por la tarde Dani coloca los filtros de gasoil nuevos y pone los ánodos, el que ha comprado y los que ya tenia de recambio, y purga el motor. Llega el momento de encender el motor. Dani no las tiene todas consigo porque nunca ha hecho esas operaciones y no está seguro de que lo haya hecho todo bien aunque cree que sí. Sandra va arriba a darle al encendido mientras Dani se queda abajo mirando el motor por si pasa algo raro. Sandra lo enciende y el motor hace un amago de arrancar pero no enciende. Volvemos a intentarlo y hace otro amago pero no va. Esperamos un rato. Creemos que es porque el circuito de refrigeración está vació de agua al sacar los ánodos y volvemos a intentarlo y por fin, el motor arranca y se mantiene encendido con un buen sonido. El de siempre. Uff, menos mal. Menudo follón hubiera sido buscar ahora a un mecánico por aquí. Estamos un rato con el motor encendido viendo si pierde agua o combustible por algún lado pero nada. Todo correcto.

 

Después de los arreglos, nos vamos al cibercafé a publicar la entrada de la Palma y a mirar los correos electrónicos. De vuelta al barco, vemos una armería y entramos a preguntar por si tienen un espray de esos antivioladores. La idea no es para usarlo contra los piratas somalíes, que entonces mal iríamos, para esos tenemos previsto, por ahora, desviarnos por Buena Esperanza, sino que lo usaríamos con alguien que se nos colara en el barco y si se diera una situación límite. De todas formas, ya sabemos que la situación debe ser extrema para usarlo ya que normalmente la gente violenta, suele usar la violencia mejor que uno, y sólo falta que vayas animando a la gente echándoles cosas a los ojos. Tampoco creemos que sirva para mucho, pero bueno, lo compramos por si acaso.

 

El día 5 de noviembre Dani se dedica a llenar el depósito de gasoil que normalmente no es una tarea complicada pero en la Marina de Santa Cruz, al no haber gasolinera, la tarea es más laboriosa porque debe llamarse a un camioncito que viene a llenártelo. Para evitar eso, Dani decide ir en bici con un bidón de 30 litros directamente a la gasolinera más cercana. La ida le resulta fácil pero la vuelta fue más emocionante. El bidón lo sujetó en la caja de detrás de la bici y con cualquier pequeña inclinación, parecía que todo se iba al suelo. Pero yendo muy despacio llegó al barco sin complicaciones, aunque debía hacer una pinta rara con un bidón tan grande de gasolina en la parte de detrás de la bici.

 

Después de comer, Dani comienza a escribir la entrada de la visita a Tenerife mientras Sandra, acaba la revisión del inventario de toda la comida que nos queda para preparar después, la lista de lo que se ha de comprar.

 

Más tarde, nos vamos los dos al supermercado a hacer una gran compra. Sobretodo de mucha agua, mucha leche y muchas latas. Al final la compra sale por 157 euros. Lo bueno es que el servicio a domicilio es gratuito y se encargan ellos de llevarnos todo a nuestro Piropo.

 

Luego, tras volver al puerto, nos dedicamos a ir a Capitanía a apuntar en un papel el pronóstico meteorológico en castellano para luego compararlo con el que tenemos en el navtex en inglés y así, aprender algunas palabras que se repiten y desconocemos como mar de fondo, rolar, marejadilla, marejada, fuerte marejada, etc. Luego Dani, revisa las luces exteriores del Piropo que funcionan correctamente.

 

El 6 de noviembre como era domingo, nos hemos contagiado del ambiente del puerto y hemos estado en plan bastante relax leyendo el periódico. Con él, nos hemos puesto un poco al día de la triste realidad aunque de vez en cuando, ya vamos comprando el periódico para no quedar del todo aislados, aunque deberíamos. En el periódico hemos visto las imágenes de los nuevos movimientos del volcán del Hierro y cada vez nos hacemos más a la idea que no podremos ir a visitar la isla. Inicialmente, queríamos ir al puerto de la Restinga que está al sur de la isla pero se ha descartado esa opción porque ya han evacuado dos veces el pueblo y está prohibida la navegación a 4 millas a la redonda de la punta de la Restinga según una orden de la Capitanía de Tenerife y que nos ha llegado al navtex. La otra opción posible era ir al puerto de la Estaca que está más al norte, pero las comodidades son pocas, no tienen pantalanes flotantes, ni agua, ni luz, y ahora encima, parece que hay movimientos sísmicos también en el norte de la isla. Creo que será mejor que no vayamos al Hierro no sea que nos evacuen a la fuerza sin nuestro Piropo y se nos estropee el viaje por una tontería. Así que, otra vez será.

 

El domingo también lo hemos aprovechado para que Dani acabe la entrada de Tenerife y empiece la de Gran Canaria y para que Sandra prepare un video con las pocas imágenes que tenemos de las Islas Canarias.

 

El 7 de noviembre hemos acabado por fin de escribir las entradas. Es lo malo de que se acumule la faena pero tampoco ha habido tiempo. También hemos desmontado el génova porque hemos decidido que un profesional velero le repare los pequeños desgastes que tiene en el gratil y en el pujamen que aunque no tienen importancia, preferimos arreglarlos y salir con la vela casi nueva. El velero nos ha dicho que nos cobrará 80 euros. Un dineral pero bueno, dice que nos aguantará unos 3 o 4 años. Suficiente.

 

También nos han traído la compra del otro día y hemos estado colocándolo todo. ¡El cajón de las latas de conserva se ha llenado al completo! Esperamos tener suficientes reservas hasta nuestra llegada a Trinidad y Tobago.

 

Y bueno, en breve, si no cambian los planes, pensamos irnos de Santa Cruz de Tenerife a La Gomera pasando por la Marina de San Miguel en Tenerife. Y de allí, hacia Cabo Verde. ¡Ya os iremos contando!

 

Un abrazo y hasta pronto.

 

 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   

3 comentarios a “Visita a Gran Canaria en ferry con parte de la familia de Sandra y días de estancia en Santa Cruz de Tenerife. Del 28 de octubre al 6 de noviembre de 2011.”

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  • Alaaaaaaaaaaa, que bien que lo pasasteis, la proxima no me la pierdo, aunque me tengan que anestesiar para subir al avion, jejejejjejejejej.
    Un abrazo y un besazo!!!!!

  • Todo genial , lo pasamos muy bien, deseando poder volver a repetirlo ,  iré haciendo hucha jejejejee….un besote.

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