Sigue el viaje del velero Piropo, con sus tripulantes Dani y Sandra, en su pretendido deseo de dar la vuelta al mundo por los trópicos.

Primeros días de estancia en Tenerife y visita a la Isla de La Palma en ferry. Del 3 de octubre al 14 de octubre de 2011.

            Aquí seguimos. En Santa Cruz de Tenerife. Hace mucho tiempo que no escribimos nada pero es que hemos estado muy liados. En ésta y las próximas entradas os explicaremos en que hemos ocupado el mes que llevamos en Santa Cruz.

 Aunque seguramente ya lo sabréis, el motivo de una estancia tan relativamente larga en las Islas Canarias es que el cruce del Atlántico, en la latitud en la que lo queremos hacer nosotros, que es casi la única utilizada por los veleros, debe hacerse en unos meses determinados con el fin de evitar que cuando se llegue al otro lado, te encuentres en plena temporada de huracanes. La temporada de huracanes en el Caribe abarca de junio a noviembre por lo que no se debe partir hacía el otro lado antes de finales de noviembre. Hasta hace pocos años, se podía viajar a principios de noviembre, pero con el cambio climático, se han dado casos de huracanes en ese mes, por lo que ahora se ha atrasado casi un mes las partidas.

 

Si alguno os preguntáis el porqué hemos llegado tan pronto a las Canarias si la travesía del cruce del Atlántico es a finales de noviembre os diremos que efectivamente, se puede venir más tarde, pero la probabilidad de encontrar buen tiempo es mucho mayor en agosto que en los meses posteriores, y como queremos que todo salga bien, la premisa es arriesgar lo mínimo posible. Además, estar una buena temporada en Canarias conociéndolas es un buen plan.

 

De todo el tiempo disponible en Canarias, aparte de las estancias que ya hemos realizado en Lanzarote y Fuerteventura, y ante la imposibilidad de visitar Gran Canaria en nuestro velero por estar todos los puertos deportivos llenos, hemos decidido quedarnos en el mismo sitio la mayor parte del tiempo por dos motivos, primero porque creemos que en Santa Cruz de Tenerife hay más posibilidades de encontrar ciertas cosas que tenemos pendientes de adquirir para el barco y segundo, porque en Marina del Atlántico te hacen un descuento en la tarifa diaria si te quedas un largo período de tiempo. El descuento no es demasiado generoso, un 10% si te quedas un mes, un 20% si te quedas dos meses y un 30% si te quedas 6 meses. Como nosotros un mes sí que nos vamos a quedar, aprovecharemos el 10% de descuento que es un ahorro bastante pobre pero bueno, menos es nada. Así pues, en vez de pagar los 18,14 euros diarios, pagaremos 16,33 euros. A esto hay que añadir la tasa de 0,66 euros diarios que nos cobra la Autoridad Portuaria a los transeúntes. Y menos mal, porque a los barcos que no tienen su puerto base en España, además les cobran una tasa por señalización marítima que asciende a 4,2448 euros anuales por metro cuadrado de barco.

 

Así pues, el Piropo se quedará en Santa Cruz como mínimo hasta principios de noviembre. En este tiempo aprovecharemos para acabar de preparar el barco, reparar dos cositas que se han ido rompiendo y todavía no habíamos podido reparar y para visitar en ferry alguna de las otras islas.

 

El preparativo fundamental que teníamos pendiente era si podíamos mejorar la obtención de las previsiones meteorológicas. Durante la navegación por la Península nos apañábamos con las informaciones que por VHF van dando las costeras. Para la travesía a las Canarias obtuvimos la previsión de Internet antes de salir porque durante la travesía, las predicciones por VHF de las costeras españolas ya no las recibíamos. El problema surgirá a partir de ahora porque las travesías durarán un poco más que la de la península a Canarias y las previsiones meteorológicas que podamos obtener a la salida de cada travesía no serán muy fiables porque serán a demasiado largo plazo. Para solucionar el problema nos recomendaron en Barcelona que compráramos un receptor marino mundial multibanda y que ya que veníamos a Canarias, que los compráramos aquí porque la electrónica es siempre más barata en especial, porque aquí los productos nos están gravados con el IVA sino con el IGIC, que tiene un tipo muchísimo menor, sólo el 5%.

 

Este receptor permite, con sus carencias por ser un receptor portátil, recibir los partes meteorológicos que emiten diferentes emisoras aunque para ello ha de saberse en qué frecuencias se emiten y a qué horas. Así pues, aparte del receptor, debíamos hacernos con dicha información.

 

Aparte de lo anterior, teníamos que comprar más guías náuticas de las zonas que a partir de ahora navegaremos y que complementen las cartas del mundo que ya tenemos.

 

Así pues, del día 3 a 8 de octubre, básicamente nos hemos dedicado a patearnos absolutamente todas las náuticas que existen en Santa Cruz. Hay muchas y relativamente bien equipadas respecto al equipamiento ordinario, pero respecto a la cuestión concreta del receptor marino y en general de electrónica, mucho no nos han podido ayudar aunque todos han sido muy simpáticos y nos han intentado ayudar lo máximo posible. Hay que reconocer que la fama de simpáticos de los chicharreros se cumple sin ninguna duda.

 

En la última náutica que nos quedaba por consultar, el encargado nos reconoció que aunque Canarias es el punto de partida para el cruce del Atlántico, los navegantes ya vienen todos preparados de arriba abajo, sobretodo en cuestiones de electrónica, por lo que las náuticas en Tenerife, tampoco tienen tanto material específico. No obstante, nos recomendó una tienda de electrónica en general donde podría encontrar el receptor que buscaba. Allí ya no lo tenían, pero nos recomendaron otra tienda. Al ir allí tampoco la tenían y tuvimos que ir a dos tiendas más hasta que por fin encontramos el receptor buscado.

 

Lo probamos ese mismo día y conseguimos recepcionar “Radio France Internationale” que es la única emisora que conozcamos, que se recepciona en Canarias y que emite partes de todo el Atlántico. La frecuencia es 15.300 kHz a las 11:40 UTC y emite avisos de temporal, situación general, desarrollo y una previsión a 24 horas de las distintas zonas. Aunque las previsiones meteorológicas se leen de forma clara y despacio, debemos acostumbrar nuestro oído a las palabras habituales en idioma francés. Esperemos no escuchar mientras navegamos en nuestra zona ni “vent violent”, ni “état de la mer énorme”, ni “avis de coup de vent (force 8)”, ni “Ouragan”, etc. Es curioso la diferencia de locución de Radio France, tan lenta y pausada, con las de las costeras españolas, que en ocasiones, incluso a veces cuestan de entender a un castellano parlante. Para facilitar la escucha de las emisiones, debemos tener delante el mapa de las zonas en que divide el Atlántico Radio France Internationale.

 

También hemos indagado para obtener los libros que recogen las frecuencias y las emisoras que emiten en todo el mundo partes meteorológicos. Quizá con paciencia y tiempo podríamos obtenerlos por Internet, pero como no tenemos Internet y no queremos gastarnos en un cibercafé lo que nos gastaríamos en los libros sin tener la seguridad de que la información recibida es fiable, hemos optado por comprar los libros “Listo of Radio Signals” volúmenes 3(1) y 3(2) de “Admiralty”. Aunque la verdad, mucho tendríamos que gastarnos en el cibercafé para equiparar el coste de los libritos porque cuestan cada uno 75,95 euros sin el IVA y sin los gastos de envío. Argggg.

 

También hemos dedicado estos días a buscar guías náuticas. En Santa Cruz no hemos encontrado nada excepto, en alguna ocasión, las guías típicas que ya teníamos. Así que nos ha tocado buscar por Internet en las típicas librerías náuticas de Barcelona y Madrid y encargarlas allí.

 

Estos días laboriosos también se han dedicado a reparar la válvula de dos vías del váter que ya venía con el barco cuando lo compramos y que se rompió en Corralejo. En la primera náutica que visitamos, encontramos justamente la misma válvula que tenía el barco y aunque el dueño de la náutica nos advirtió que era de fabricación china y no muy fiable, la creencia de que la anterior se había roto por vieja, el bajísimo precio de la misma y sobretodo, la tentación de no tener que hacer agujeros diferentes y asegurar que el arreglo encajaría a la primera, hizo que nos decantáramos por repetir el modelo y en todo caso, comprar una válvula igual de repuesto, total, valía un tercio del otro modelo. Pero al llegar al barco, sacarla del envoltorio y girarla para ver como funcionaba, se quedó la maneta en la mano. Sabíamos que no era muy buena pero eso era un poco excesivo. Volvimos a la náutica y compramos el modelo más caro. El dueño, sin que nosotros le dijeramos nada, nos descontó el precio de la otra.

 

Y por último, hemos dedicado esos días a preparar y comprar los billetes de Ferry para nuestra visita a la Isla de La Palma.

 

A La Palma salimos el 9 de octubre. El barco de la compañía naviera salía desde Los Cristianos, al otro lado de la isla, pero la compañía ponía a disposición de los viajeros un autobús gratuito en Santa Cruz para que les lleve hasta allí. Para coger el autobús hay dos paradas posibles, el puerto, y la parada de autobuses. Nosotros acudimos lógicamente a la parada del puerto porque nos pilla al lado de “casa”. Aunque llegamos relativamente pronto, nos extrañó no encontrar a ningún otro pasajero por lo que a las 11:10, cinco minutos antes de la presunta salida del autobús, abordamos a una persona que llevaba un chaleco de la compañía, ya que todas las oficinas estaban cerradas, y le preguntamos si era aquel era el lugar donde se cogía el autobús. Nos confirmó que sí y que lo normal es que allí no subieran muchos pasajeros. También nos dijo que el autobús a veces se retrasaba y que si en un cuarto de hora no aparecía, le dijéramos algo que llamaría para ver que pasaba. Esperamos el tiempo que nos dijo y al ver que nadie aparecía le volvimos a abordar. El se metió en las oficinas para llamar y averiguar que pasaba pero nos advirtió que él no sabía nada y que él era amarrador. Al rato, el chico continuaba dentro de la oficina llamando y vimos que se al muelle un barco enorme de la compañía que venía de otro destino y supusimos que el amarrador que nos estaba haciendo las llamadas seguramente tenía que ayudar a amarrar. Supusimos también que él lo tendría presente pero no lo teníamos del todo claro. Cuando el barco estaba ya en el muelle, el amarrador salió corriendo de la oficina y nos dijo que le habían dicho que el autobús ya había pasado pero que ahora le llamarían y se fue corriendo a amarrar el barco. Le dijimos que seguro que el autobús no había pasado. Menuda cara encima. Nos pusimos a llamar a la compañía y a mitad llamada, nuestro móvil se quedó sin saldo.

 

Lo único que sabíamos en ese momento es que se tardaba una hora para llegar a Los Cristianos, que el barco salía de allí a las 12 horas y que eran las 10:45 y no sabíamos nada. El amarrador volvió de nuevo y se volvió a meter en la oficina sin tener nueva información. Estábamos bastante nerviosos.

 

Al instante, nos llamaron de la compañía, nos reconocieron que el autobús se había equivocado y no había pasado por el puerto y que cogiéramos un taxi que nos lo pagaría la compañía en Los Cristianos. Al mismo tiempo, al amarrador le deberían haber dicho lo mismo por otro lado ya que había salido por la puerta y estaba llamando a un taxi.

 

Cogimos rápidamente las mochilas, nos subimos al taxi y empezó la carrera. El taxista nos dijo que si llegábamos sería muy justo y se puso a 160 km/h. La verdad es que muy tranquilo no fue el viaje ya que íbamos todo el rato mirando el reloj. Ni siquiera pudimos disfrutar de la primera visión del Teide desde tierra.

 

Llegamos a Los Cristianos todavía con aparente tiempo pero a la entrada del pueblo habían unas obras que habían cambiado el sentido de las calles y el taxista no tenía muy claro el camino más directo. Encima, nos tocó a un viejecito delante que iba a dos por hora. Tras los nervios, llegamos a la terminal y en seguida nos preguntaron si íbamos a La Palma y al decir que sí nos dijeron que fuéramos al barco por la rampa de los coches porque la de pasajeros ya se había cerrado. Fue subirse al barco y cerrarse también la rampa de coches. Nos fue de un pelo.

 

Hay que ver que desastre de servicio. Se olvidaron simplemente de pasar por una parada. A la compañía le costó 90 euros y pico que costó nuestro viaje en taxi aunque a nosotros nos costó nervios, saldo, y no disfrutar del viaje cruzando la isla.

 

Después de tres horas de travesía y de ver de lejos La Gomera y unos cuantos delfines y calderones, llegamos a Santa Cruz de La Palma y cogimos inmediatamente el coche de alquiler que teníamos reservado y nos fuimos a hacer turismo. Nos dirigimos hacia el norte por la costa este y enseguida nos sorprendió la abundante vegetación de la isla, bastante diferente a lo que habíamos visto del sur de Tenerife y totalmente diferente a Fuerteventura y Lanzarote.

 

Esa tarde la pasamos paseando en el Cubo de la Galga por un sendero sencillo de unas dos horas de duración rodeados de un increíble bosque de laurisilva. Más tarde pasamos por la Punta de la Fajana, con sus piscinas creadas al borde del mar y su faro y de allí fuimos al camping de La Laguna. La estancia en ese camping, por ser fin de semana, nos costaba el doble que un día entre semana, 9 euros todo y así pasamos la primera noche en nuestra nueva y “espaciosa” tienda. La verdad que muy confortable no es pero es muy útil para llevarla encima porque sólo pesa 2 kilos y además, sólo nos costó 19 euros.

 

El día 10 seguimos con nuestro recorrido volteando la isla de derecha a izquierda y nos dirigimos al Roque de los Muchachos. Antes pasamos por un parque arqueológico pero curiosamente, aunque estaba anunciado en las guías y en los mapas turísticos, estaba cerrado sin ninguna explicación del porqué. La Palma parece una inmensa roca tirada en el mar, sus paredes son pronunciadísimas y desde el nivel del mar, la costa asciende rápidamente. Por ello, las carreteras casi siempre tienen unas impresionantes vistas. Además, como la vegetación es tan verde y salvaje, los recorridos en coche siempre son muy entretenidos y sólo por ello ya vale la pena visitar la isla.

 

Casi al llegar al Roque de los Muchachos se encuentra el famoso observatorio astrofísico que se compone de muchos telescopios internacionales, y entre ellos, el Gran Telescopio Canarias, que es el más grande del mundo.

 

Desde la cumbre del Roque de los Muchachos (2.426 m.), al que se puede ascender en coche, puede verse una panorámica del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, con grandes paredones de piedra que la envuelven.

 

Cuando acabamos la visita al pico bajamos por la carretera de la costa oeste hasta los Llanos de Aridane. Era ya bastante tarde y teníamos bastante apetito por lo que al ver un restaurante chino no lo dudamos y allí nos metimos. Comimos un montón por 5,95 cada uno.

 

Fuimos después hasta el Puerto de Naos, bastante turístico para lo que es La Palma, que tampoco tiene zonas de grandes aglomeraciones. A partir de ahí, con la idea de pasar la noche acampados en el Área recreativa de El Pilar, deshicimos un poco nuestros pasos hasta llegar a El Paso, donde paramos a ver su iglesia y hacer una compra de comida en el supermercado.

 

Ya en camino de nuevo a la zona de acampada, Sandra se percató que no tenía su pequeña bolsita donde guardaba la cámara de fotos y la pequeña cámara de video. Al parecer, se le había caído al bajar apresurada al supermercado ya que Dani estaba parado en un semáforo y se acababa de poner en verde.

 

Volvimos a El Paso muy disgustados y con la certeza de que no encontraríamos las cámaras, pero al menos, teníamos que intentarlo. Al llegar miramos por todos lados y fuimos preguntando. Unos obreros nos dijeron que vieron una chica joven que había cogido una pequeña bolsa del suelo justo donde nosotros la habíamos perdido, la había abierto y luego se había ido apresuradamente. En la funda había un teléfono pero intuimos que si la chica se había ido tan rápidamente, no tendría mucha intención de devolver nada. Hablamos con un policía y dimos vueltas con el coche para ver si por casualidad la encontrábamos, pero lógicamente, era muy difícil. Al final nos dimos por vencidos y nos llevamos el mayor disgusto del viaje por ahora. Esperemos que no haya ninguno más. Nos supo doblemente mal, por las fotos y videos que ya habíamos hecho de La Palma, y por el coste que nos supondría comprar, al menos, una de las dos cámaras y eso que no eran carísimas.

 

Volvimos de nuevo hacía la zona de acampada de El Pilar. Era ya de noche. La zona de acampada es gratuita pero debe haberse solicitado el permiso con anterioridad. Nosotros no lo teníamos. No obstante, el guarda forestal que había allí y que estaba a punto de irse, nos rellenó la hoja de solicitud de acampada como favor y nos dijo que se lo entregáramos al guarda que entrara al día siguiente.

 

Al levantarnos el martes día 11, nos dimos una ducha reponedora con agua congelada porque no había agua caliente. Todo un “placer”. Fue tan reponedora la ducha que ya de camino, tuvimos que poner un poco la calefacción en el coche para recuperarnos de la lipotimia.

 

Nos dirigimos a la zona de la Caldera de Taburiente, pero esta vez por su interior. Fuimos primero a informarnos al centro de visitantes donde nos dieron un permiso para subir al mirador de La Cumbrecita y también un mapa del parque con sus senderos. La verdad es que La Palma, a falta de playas y con una vegetación abundante, se ha volcado en el fomento del senderismo para atraer al turista. Los senderos están claramente marcados y señalizados y existen senderos para todo tipo de niveles.

 

Sandra seguía tocada de la rodilla por lo que no podíamos hacer ningún sendero que fuera un poco largo o sobretodo, que tuviera cierto desnivel. El sendero del mirador de La Cumbrecita fue muy corto pero bonito ya que se veían preciosas vistas de la Caldera.

 

Tras acabar el sendero, cogimos de nuevo el coche para adentrarnos más en la Caldera de Taburiente y tras dejar el coche en un parking, andamos una horita aproximadamente por el Barranco de las Angustias ya dentro de la Caldera. El riachuelo estaba casi seco pero los paredones del barranco formaban un bonito paisaje. Por allí se llegaba a la Cascada de colores pero aún quedaban varias horas de camino y se tenía que salvar todavía un fuerte desnivel y lógicamente, no podíamos llegar hasta allí porque aunque andamos bastante poco, Sandra apenas pudo llegar al parking del dolor que tenía.

 

Nos subimos de nuevo el coche y con el objetivo de alcanzar un mirador, cogimos una pequeña carretera que subía por el borde de La Caldera por el lado oeste. A mitad de camino una pareja de senderistas nos pidió el favor de llevarlos hasta arriba. Se llamaban Mikel y Nekane y eran del País Vasco. Muy simpáticos. Al contarles que habíamos llegado en nuestro velero a Las Canarias nos dijeron que Mikel era compañero de parapente de Urko, el mayor de los hijos de la familia que dio la vuelta al mundo en un velero y que escribieron el libro “Aventura a toda vela”, que habíamos leído tanto Sandra como Dani.

 

Tras dejar a Mikel y Nekane echamos unas vistas desde el mirador y como se nos había hecho de nuevo la hora de comer y nos encontrábamos de nuevo cerca de los Llanos de Aridane, nos fuimos de nuevo a comer al chino. De esta forma, comíamos bocadillo por la noche en la tienda, y comíamos “sano” y abundante por la mañana. Menuda excusa, es que estaba muy bueno.

 

Tras la comida, queríamos ir hacia el sur bordeando la ruta de los volcanes por una carretera que aparecía en el mapa pero que al final, no era tal sino una pista forestal que era impracticable si no tenías un todoterreno, así que tuvimos que ir por la carretera principal. Al llegar vimos el Volcán de San Antonio desde fuera porque la entrada valía 5 euros y no creíamos que valiese la pena entrar, y el volcán de Teneguía. Este volcán era hasta ese día, el último que había erupcionado en Canarias. La erupción se había producido en octubre de 1971 y produjo que la isla creciera en extensión. Nosotros estábamos en ese momento pendientes del aviso de erupción del Hierro y hasta la fecha sólo se habían producido movimientos sísmicos.

 

Más tarde, tras llegar al punto más al sur de la isla, el Faro de Fuencaliente y las salinas que allí se encuentran, volvimos a cruzar la isla para acampar en la zona de La Laguna y por el camino, visitamos los impresionantes dragos gemelos de San Isidro.

 

El día 12 de octubre nos fuimos a hacer un pequeño sendero de dos horas por el bosque de los Tilos, un bosque muy espeso de laurisilva y situado cerca del Cubo de la Galga, que visitamos el primer día. El sendero era muy bonito y finalizaba con un mirador subido a una roca escarpada desde el que se podía divisar el valle que se acababa de recorrer. Previamente, en el centro de visitantes del parque natural vimos un video explicativo sobre los bosques de laurisilva que son de lo que están formados la mayoría de los bosques de La Palma.

 

Tras el recorrido por el sendero, comimos unos bocadillos de jamón y nos dirigimos de nuevo hacía el Roque de los Muchachos para intentar recuperar las fotos que habíamos perdido junto con la cámara y de paso, transitar por una carretera que no conocíamos y que tenía buenas vistas.

 

De camino visitamos la playa de Nogales que nos costó bastante encontrar aunque finalmente estaba bien indicada. La visita valió mucho la pena porque la playa era espectacular. Rodeada de altos acantilados se llegaba a ella por un pequeño camino y su arena era negra y muy fina. Habían letreros que advertían del peligro de sus aguas pero vimos que había gente bañándose y nos divertimos mucho jugando con las fuertes olas.

 

La visita al Roque de los Muchachos fue muy breve, básicamente para hacer fotos y subir al Roque por otro camino. Al volvernos al coche un cuervo enorme se nos posó en el retrovisor del coche al ver que Sandra sacaba una magdalena del maletero. Tonto no era. Desde allí, nos fuimos de nuevo a la zona de acampada del Pilar otra vez sin permiso, y de nuevo, el guarda nos dio el permiso in situ.

 

El día 13 era nuestro último día de estancia en La Palma y nos lo habíamos reservado para visitar la capital, Santa Cruz de la Palma. Dimos un paseo por sus calles, mirando los característicos edificios con balcones de madera, el Castillo, diferentes iglesias y ermitas y algunas casas señoriales. En el mercado nos tomamos unos zumos buenísimos de caña de azúcar, uno con maracuyá y otro con limón.

 

Después para comer fuimos al Bodegón de Taburiente que lo recomendaba la guía por ser barato y típico. Al final, no era tan y tan barato pero en algún momento teníamos que comer algo típico. En la tele del restaurante nos enteramos que acababa de erupcionar el Hierro y que la erupción había sido submarina. En las imágenes se veían claramente las manchas de azufre y al parecer, la erupción se había producido muy cerca del Puerto de la Restinga, un puerto que teníamos previsto visitar.

 

Cuando se hizo de noche y ya habíamos visitado la ciudad, nos dirigimos al puerto con los periódicos que habíamos comprado y nos instalamos por ahí a esperar a que saliera el barco, que tenía previsto salir a la inapropiada tres de la madrugada.

 

En el barco, aunque ya habíamos dormido un poco en el puerto, sacamos de nuevo nuestras esterillas de acampada y continuamos durmiendo las cuatro horas del trayecto hasta los Cristianos. De allí, cogimos el autobús que nos llevaba a Santa Cruz y al llegar a la capital, de nuevo problemas. Todo el mundo se baja en la estación de autobuses pero nosotros queremos ir al puerto que es otra parada de las establecidas. Sandra le pregunta al conductor y él le suelta que sólo van al puerto si tienen tiempo. La contestación es tan absurda que sorprende, pero menos mal que parece que el conductor ese día tiene tiempo y nos lleva sin mucho insistir al puerto pero a toda leche y sin decirnos ni adiós al despedirnos.

 

Pese a estas anécdotas con los autobuses y la pérdida de las cámaras, ha valido mucho la pena la visita a La Palma porque es una isla especialmente bonita.

 

 Un abrazo y hasta pronto.

 

 

 

 

7 comentarios a “Primeros días de estancia en Tenerife y visita a la Isla de La Palma en ferry. Del 3 de octubre al 14 de octubre de 2011.”

  • Que gozada leeros, solo dos meses antes que vosotros estuve con mi familia en La Palma, nos gustó mucho. Conocemos varias islas y está nos gustó por su sabor rural, en cierto modo nos recordó a La Gomera.
    Me gusta mucho como describís vuestras andanzas, lo hacéis de una forma muy sencilla, no cambiéis.
    Que casualidad lo de Mikel y Nekane, por que yo vivo en el pueblo de donde es la familia de "Aventura a toda vela". Bueno, un saludo, os sigo leyendo.

  • Hola chicos! me he quedado atrás con los relatos, pero poco a poco ya me voy poniendo al día! Tal y cómo lo contáis todo dan ganas de visitarlo todo, me encanta. Parece q esté leyendo un libro!jejeje.
    Muy buen viaje hacia Cabo Verde! un besazo!
    Ana.

  • Hola Dani, he visto la pagina del piropo y me parece genial la idea porque me he enganchado a los relatos que hacéis, me recuerda cuando hace años leía historias sobre gente que se dedicaba a hacer expediciones y viajes de esta índole y  todo eso parecía como muy inalcanzable….. y mira ahora vosotros  lo estáis haciendo….. es una pasada, seguiré vuestros relatos y espero que el atlántico no os de muchos problemas…
    Un saludo. 

  • Qué propaganda os hago, eh? Ya veis…
    Muchos besicos desde tierras mañas!
    Blanca

  • Por indicación Blanca hoy me he metido en vuestro blog, ¡ qué interesantes relatos! Os seguiremos de ahora en adelante. Suerte, Auro & Fer

  • Hola!
    Soy Javi, el amigo de Blanca de Ponferrada. Que me ha dicho Blanca lo de vuestro viaje, que guay. Tiene una pinta muy buena, os vamos a seguir desde Suecia.
    Pasadlo bien, Abrazos!
    Javi

  • Que chulo todo, lo explicais tan detallado que me parece estar viviendolo con vosotros.
    Las fotos chulisimas como siempre.Un besote.

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